El diseño se basa en una idea potente que expresa la esencia de Nana, la transformación de las vidas de los niños a través del arte. La composición consta de dos elementos clave. Una fusión de los emoticonos tristeza-alegría, unidos en un trazado lineal que se combina con una paleta de pintura simplificada y geométrica, que contiene los colores del arco iris y que a su vez potencia también esa idea de cambio. El resultado es un logotipo fresco y visual, con colores vivos y alegres. Una imagen conceptual, abstracta y plástica que sintetiza el espíritu de la asociación.

Así mismo, la paleta de colores utilizada permite crear un sistema de variantes derivadas, utilizando en este caso el blanco para el logo y empleando como fondo cada color del logotipo principal.