Rehabilitación de la azucarera de San Torcuato de Guadix (Granada) como campus de verano y museo del azúcar
Lema: Terrón de azúcar
Autores: Francisco Beltrán Valcárcel y María Araceli Alba Dorado
Desde el comienzo, la imagen cristalina del terrón de azúcar nos resultaba muy atractiva. Imaginábamos cómo sería el espacio de la fábrica lleno de terrones de azúcar flotantes, como si de repente hubiera desaparecido la fuerza de la gravedad.
La estrategia de intervención consiste en trabajar el perímetro, comprimir todos los usos auxiliares y las escaleras en dicha franja, entre las paredes existentes y las nuevas, conformando un “mueble de funciones” que libera el espacio en planta baja. Esta dilatación de los muros preexistentes subraya la presencia de los huecos, que pasan de ser recortes en los muros a espacios habitables. Sobre el plano liberado del suelo gravitan las “cajas flotantes”, reglando el espacio, en un equilibrio imposible. De esta forma, este espacio principal de encuentro entre los diversos usos conserva las características espaciales originales de la fábrica, cuya percepción queda reforzada por el contraste con los nuevos elementos insertados en el aire.
Las cajas, pese a su condición flotante, gravitan sobre el espacio del suelo. Comprimen el espacio. Su imagen de pesantez viene dada por su volumen prismático y su textura cristalina, azucarada, de hormigón blanco prefabricado abujardado.